viernes, 31 de octubre de 2008

Feliz 1992

No leo una mierda, en cuestión de novelas. Pero eso no me impide tener cierto gusanillo con poder escribir algún que otro relato (y así me va).

Aquí uno que escribí, hacia principios de 2008, con una técnica de dudosa calidad que consiste en que alguien te diga, por ejemplo, 4 palabras, y tú tienes que inventarte una historia corta que incluya sin excepción esas palabras (A lo Moncho Borrajo. Oh, grande Mocho!!)





Pondré en negrita las palabras que, Dinamita en este caso, me propuso para que las incluyera. Si alguien quiere, en los comentarios de los artículos con la temática "Historietas", puede proponer 4 palabras y yo haré lo que malamente pueda para inventarme alguna cosa que las incluya.

Feliz 1992

Relato 1 - (colacao, ventana, mechero, uvas) por Dinamita

Sus promesas para 1992 eran simples, no eran.

Las campanadas sin cesar, encaminaban a cientos de familias a una nueva etapa. Las uvas se sucedían apresuradas en sus gargantas, sin pausa, sin respiro. Pero él pensaba en otros menesteres, en la pausa, la pausa del respiro. El mechero de gasolina se sostenía sólo sobre las baldosas del sótano, encendido, incombustible.

Un reguero de combustible del viejo citröen ranchera familiar se encaminaba zigzagueante por las juntas del alicatado directo a la llama reveladora. Ellos, presos por el pánico forcejeaban con las ataduras mientras ahí fuera, en la plaza, se escuchaban rimbombantes las campanadas.

La ventana dejaba entrar leves destellos de los adornos que vestían el ayuntamiento y disfrazaban la conciencia del hombre. Pero ningún rayo de luz se encerraba en los ojos de los tres, los tres pobres mercenarios de la tristeza. Mientras, él observaba a sus tres reos, reía sin sentido, sentía el sueño del atronador abrazo de la venganza.

Había reducido a escombros su familia, sus sueños, su vida. Solamente por venganza.¡Oh triste vendetta! ¿A cuántos niños te llevarás hoy por delante? Ya te llevaste uno, pues el alma del verdugo ha envejecido siglos de repente, y otros dos más, los pobres inconscientes que morirán entre cenizas.

Ella les amaca entre sollozos, viendo casi extintas las posibilidades de liberarse, solo siente el calor del sudor y el frío del terror entre la barbilla y el vientre. El combustible ya dista escasos centímetros de la llama fúnebre.

Él no olvidará jamás, entendiendo por jamás los próximos segundos que restan de existencia a este pobre diablo y a sus tres risueñas piezas de coleccionista, jamás, jamás la olvidará a ella fingiendo alegría, fingiéndolo todo. Llevando Colacao a la cama de los niños, comprando víveres para todo el mes y viniendo cargada desde el super, comiéndose la comida fría por esperar a que él viniese del bar, solo fingía. Cuando él la pegaba fingía dolor, ella no es humana, ella es un monstruo que sólo finge lo que quieren los demás. Ella es de otro y él no lo soportará, mas los 14 barriles de combustible del sótano darán cuenta de los sueños de un desdichado. Dejarán todo como está y ya no volarán los pájaros que nunca debieron vivir enjaulados.

1 comentario:

  1. Ahora no recuerdo si me dijsite o no para que querias las palabras...no me rompí mucho el coco nooo... :P
    La historia debería seguir...yo me quedé con la cosa de que le pasó a esa pobre gente..:)

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