martes, 21 de octubre de 2008

Movimiento Anti Siesta

Muchas veces defendemos cosas en las que no creemos, nos llamarán demagogos o algo peor, pero lo hacemos. No siempre es demagogia, me explico:

Yo adoro dormir, es algo enfermizo. No es que me haya picado la mosca tsé-tsé, es que YO soy la mosca tsé-tsé... o me caí de pequeño en un barreño lleno de ellas... o me metí en una máquina extraña y se me coló una dentro y al salir me eché una siesta de 10 horas y desde entonces no soy el mismo... o yo que sé; la cosa es que algo raro me pasa y no soy el único, ya que mucha gente posee este vicio en menor o mayor grado.

El problema es que soy tan activo como dormilón, tan emprendedor como vago, tan amante de la siesta como detractor suyo.

Es tremenda la sensación de adormecimiento que padezco tras comer, y es que dicen que la sangre se concentra en el estómago intestino delgado especialmente con las digestiones pesadas y eso te provoca somnolencia. Imaginad la siestaza que me soy capaz de pegar tras zamparme de cabo a rabo un grandioso cocido, con su sopa de fideos, sus rellenos fritos, sus garbanzos con berza, su chorizo, morcilla, ternera, tocino... algo colosal!

Al parecer eso es malo, por lo mismo que aconsejan cenas livianas (comida del día donde también me pongo fino, soy un gocho, lo sé). No desayuno prácticamente nunca, lo cual dicen que es fundamental. En resumen, mi alimentación es descuidada e irregular, y sé que alguien con formacion nutricional me echará alguna que otra peste bien merecida por esto :$.

Tal es mi devoción por el acto de dormitar que realizo múltiples tareas simultáneas con tal de que me sobre tiempo para dormir un par de horas más, y más es lo que quiero hacer, ya que últimamente pierdo tardes enteras con siestas de hasta 3 horas!! M.A.S. y M.A.S. quiero, pero la forma es recortando o eliminando las siestas. Me lo he propuesto, pero lo que no se ve es que a mitad de este artículo he comido copiosamente y ahora mismo tengo un sueño de pánico.

Joder, no debería dormir, pero puede ser duro recortar tanto el hábito. Quizá me duerma tan solo 30 minutos y luego haga algo de provecho.

Albert Einstein tenía todas las camisas iguales (cómo homer!) para no tener que perder el tiempo cada mañana escogiendo prenda, pues lo veía demasiado valioso. Yo valoro el tiempo pero no lo suficiente. Pierdo mucho y luego lo que se pierde se aprecia más, sin darme cuenta de que el tiempo no parece acabarse nunca, y lamentar el tiempo perdido supone perder el nuevo tiempo. Sin más que decir... voy a echarme la siesta :(

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