viernes, 12 de junio de 2009

Ya ya! (2)

Si ya dijimos que "Donde comen dos comen tres... SI, pero no comen lo mismo." hoy toca explicar la idiotez de esa frase.

El ser humano se pasa de gentil, y es que cuando estás tan tranquilo comiéndote un platazo de macarrones gratinados y aparece algún conocido en escena diciéndote "Que aproveche", es de señores contestar "Si gustas...". Pero que majos somos!! Aunque cuidado, es mentira. No queremos que metan la zarpa en nuestros macarrones, que luego pasa lo que pasa.

Pongamos que estas comiendo tus macarronazos con un amigo, familiar, etc.

Aparece un tercero:

- "Que aproveche"
- "Gracias hombre!, si gustas..."
- "Eso eso, siéntate, donde comen dos comen tres"

Y lo que no se espera y puede suceder tragándonos tanta gentilidad:

- "Ah, pues me sentaré a comer un platito de macarrones con vosotros"
Vaya hombre, piensas, pero nada, no puedes negarte pues lo has ofrecido y habías quedado de lujo.

El tipo se sienta, y repartis la comida entre tres. Ya tocais a menos, pero bueno, tiene un pase.

En la dramatización que os cuento, el tercer comensal se inventa alguna excusa, pues no le agrada vuestra compañía y tan solo es un ursurpador de macarrones. De este modo, se echa el plato de macas en un tupper y se marcha alegremente con la sonrisa del timador en los labios.

Bueno, volvemos a ser dos... dale al maca!!

Cada vez tiene menos sentido que comen tres donde lo hacen dos, pues mirad, volvamos al paso clave. Aparece otro nuevo tercer comensal y se repite el proceso. Sin andarnos con rodeos, el tipo es invitado, se sienta, se aprovisiona de sus macarrones para llevar y se marcha.

Repitamos este paso varias docenas de veces. Digo yo que llegará el momento en el que no podrán comer tres. Vale, estamos en el estadio "UNMA", en el que solamente nos queda UN MAcarrón a cada uno de los dos comensales originales (conocidos y destacados por nuestra gentileza e inocencia).

Bueno, no se acaba el mundo, partimos los macarrones en cachitos y engañamos al estómago. Mal, ahora te toca invitar, que para eso eres Premio Nobel de los macarrones.

Siguen entrando gorrones (o el mismo disfrazado de chino, de Woody Allen, de Mister T...) y se siguen repartiendo los minúsculos cachos de macarrones. Joder, estoy por arrepentirme de mis palabras, si al final van a comer tres donde comen dos... no, señora.

Llegamos al extremo de los hechos, donde ambos comensales disponen en su plato de un átomo de macarrón (esa unidad supuestamente indivisible). Bueno, pues aparece por la puerta el nuevo gorrónidas clamando su parte como quien no quiere la cosa.

"Sientate, Pascual, si total, donde comen dos..."

Qué hacemos? Nos rulamos los átomos y los vamos chupando?

Al final, la alegría de la huerta, los gentiles por antonomasia, los tíos majos del barrio, se han quedado con un jodido átomo de macarrón y además chupao. Quién sale bien en esto? En este orden: El primer gorrón, el segundo gorrón, y así hasta el último, que tiene la poca vergüenza de sentarse a chuparles las sobras a los pobres.

Gentil si, idiota... si.

Corolario: Donde comen dos, comen dos; y si vienen más que miren.

2 comentarios:

  1. jajja, me guista el colorario, te falta poner vamonos atomos!!!!!!!11, xDDD

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  2. Eso es que no me darás un mordisco de lamachun la próxima vez que te vea jalando uno?!?!

    Jo tio!

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